miércoles, 16 de diciembre de 2009

DECRETO DE DESAMORTIZACIÓN

1. Decreto de desamortización
“Señora:
Vender la masa de bienes que ha venido a ser propiedad del Estado, no es tan solo cumplir una promesa solemne y dar garantía positiva a la deuda nacional por medio de una amortización exactamente igual al producto de las ventas, es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública; vivificar una riqueza muerta; desobstruir los canales de la industria y de la circulación; apegar al país por el amor natural y vehemente a todo lo propio; ensanchar la patria; crear nuevos y fuertes vínculos que liguen a ella; es, en fin, identificar con el trono excelso de Isabel II, símbolo de orden y de libertad [...].
El decreto que voy a tener la honra de someter a la augusta aprobación de V.M. sobre la venta de esos bienes adquiridos ya para la nación, así como en su resultado material ha de producir el beneficio de minorar la fuerte suma de la deuda pública, es menester que en su tendencia, en su objeto y aun en los medios por donde aspire a aquel resultado, se enlace, se encadene, se funda en la alta idea de crear una copiosa familia de propietarios, cuyos goces y cuya existencia se apoye principalmente en el triunfo completo de nuestras altas instituciones [...]”

Madrid, 19 de febrero de 1836. Juan Álvarez y Mendizábal
Gaceta de Madrid, 21 de febrero de 1836

lunes, 14 de diciembre de 2009

La Restauración

Tema 09 La Restauración I (1875-1902). El reinado de Alfonso XII y la regencia de Mª Cristina de Habsburgo.
Restauración: vuelta a España de la dinastía borbónica. Etapa muy diferente a la anterior:
Estabilidad política y constitucional (1876-23).
Conservadurismo político (más en la practica que en el diseño constitucional), económico y social.
Desarrollo económico.
Dentro de la Restauración distinguimos dos fases:
1874-1885: asentamiento del sistema. Plenitud del Estado liberal
1885-1923: degeneración y crisis del sistema
1.- El retorno de los Borbones.
Operación desarrollada por Cánovas (partido alfonsino) y diseñada como una operación civil, con apoyo militar.
1 de diciembre de 1874 Manifiesto de Sandhurst (monarquía constitucional que tendría en cuenta los progresos políticos del sexenio).
29 de diciembre, pronunciamiento del general Martínez Campos a favor de la monarquía. El gobierno de Serrano no opone resistencia. Cánovas forma un gobierno regencia y comunica a Alfonso XII su proclamación como rey.
Enero. Llegada de Alfonso XII a España. Confirmación de Cánovas como jefe de gobierno. 3 objetivos: la eliminación de los aspectos más radicales de la obra del sexenio, la pacificación (carlismo y Cuba) y la definición del nuevo sistema político (Constitución de 1876)
2.- El gobierno de Cánovas.
2.1.- La rectificación de la obra del sexenio.
Las primeras actuaciones de Cánovas se dirigen a eliminar la obra del sexenio: reposición de autoridades civiles y militares monárquicas; abolición de las libertad de imprenta; cierre de periódicos demócratas y republicanos; reposición del Concordato; eliminación del matrimonio civil; etc. Se trata de una autentica vuelta al pasado, pero la aplicación de la represión fue selectiva y en general suave. Se dictó una amplia amnistía y se mantuvieron contactos con demócratas y republicanos para su integración en el nuevo régimen
2.2.- El fin de las guerras carlista y cubana
Coronación de Alfonso XII impulso a la guerra carlista (rey soldado). Cae la zona carlista de Cataluña y a lo largo de 1875 se va reduciendo el dominio carlista en la zona vasco navarra que se rinde en marzo de 1876 (Manifiesto de Somorrostro). Abolición de los fueros vascos y navarros (sustitución por los conciertos económicos).
El final del carlismo permitió reforzar la acción militar en Cuba (Martínez Campos). Paz de Zanjón de 1878, fruto de la eficacia militar y de la negociación política (amnistía, promesa de reformas legales y de mayor autonomía). El incumplimiento de estas promesas volverá a reactivar la guerra en 1895.
2.3.- El nuevo sistema político
2.3.1.- Los fundamentos políticos de la Restauración
Cánovas diseñador del nuevo sistema político (inspirado en el sistema británico). Objetivos:
Asentar la monarquía como forma de Estado fuera de toda discusión (para lo que debía recuperara el prestigio perdido durante el reinado de Isabel II) y dotada de amplias competencias: soberanía compartida.
Estabilidad constitucional para ello era necesario un marco constitucional suficientemente ambiguo que permitiera gobernar a partidos diferentes con la misma Constitución.
Estabilidad política, entendida fundamentalmente como fin del pretorianismo. Los militares debían volver a los cuarteles y para ello había que garantizar el orden social y la posibilidad de acceso al gobierno de los distintos partidos integrados en el sistema. Fue decisivo el papel jugado por Alfonso XII con excelente imagen entre los militares (rey-soldado) que permitió a Cánovas construir un sistema político civil
2.3.2.- La Constitución de 1876
Proyecto de Constitución redactado en 1875 por una Asamblea de ex diputados y senadores monárquicos (origen del Partido Liberal Conservador). Recoge el proyecto de Cánovas.
Diciembre de 1875 elecciones a Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal (según la Constitución de 1869). Elecciones con una alta abstención y manipuladas por el ministro de Gobernación Romero Robledo: mayoría canovista.
Nueva Constitución que pretendía ser una síntesis entre la del 45 y la del 69. Aspectos principales:
Soberanía compartida. La potestad de hacer las leyes reside en la Cortes con el Rey.
El poder legislativo corresponde a las Cortes y al Rey, ambos con iniciativa legal. El rey tiene derecho de veto durante una legislatura y de disolver las Cámaras.
Las Cortes son bicamerales, con un Senado compuesto por tres tipos de senadores y un Congreso compuesto por diputados elegidos por sufragio directo (pero la Constitución no fija si universal o censitario sino que remite a la Ley Electoral elaborada por el gobierno).
El poder ejecutivo lo ejerce el rey a través de los ministros que responden ante las Cámaras.
Ayuntamientos y Diputaciones quedan bajo el control del gobierno.
Oficialidad de la religión católica. Mantenimiento del culto. Libertad de cultos en privado.
Derechos y deberes extensos, similares a los establecidos en la Constitución del 69, pero su concreción se remite a las leyes ordinarias.
Toda la Constitución tiene un carácter ambiguo (remisión a leyes) para que pudiera ser utilizada por partidos diferentes
2.3.3.- El sistema de partidos. El turno.
Cánovas intenta transplantar el sistema británico:
Estructuración de la vida política a través de dos grandes partidos, frente a la atomización de la vida política española en el sexenio. Estos partidos se deberían configurara a partir de los grupos políticos preexistentes y serán el Partido Conservador y el Partido Liberal.
Que los dos partidos asumiesen el sistema político y la Constitución. Ambos partidos debían turnarse pacíficamente cediendo el poder cuando perdieran la confianza del rey o del Parlamento y respetar la obra de sus antecesores.
Partido Conservador (liberal conservador).
Es el partido de Cánovas. No es un partido homogéneo. Su origen esta en el partido alfonsino y en la asamblea de notables que preparo el texto constitucional. En este partido se integraron también antiguos moderados (partidarios de reponer la Constitución del 45), antiguos miembros de la Unión Liberal y de la Unión Católica (confesionalidad del Estado).
Su ideología, su programa son muy conservadores: defensa de la monarquía, del orden social y de la propiedad.
Su practica de gobierno (2ª mitad de los 70) fue restrictiva de los derechos establecidos en la constitución: restricción de los derechos de reunión y asociación (solo para los partidos dinásticos); censura de la prensa (no se toleran criticas a la monarquía y al gobierno) y de la enseñanza universitaria; sufragio censitario muy restrictivo; centralismo (supresión de los fueros vasco navarros, sustituidos por el concierto económico) y control de lo municipios por el gobierno (nombramiento de alcaldes y aprobación de los presupuestos municipales)
Partido Liberal
Génesis más compleja. Su origen es el partido constitucional (sagastinos), un partido fundado durante el reinado de Amadeo de Saboya por antiguos progresistas y miembros de la Unión Liberal y su ideología política se basaba en la defensa de las conquistas políticas de la Constitución de 1869. Este partido. había sido uno de los apoyos de Serrano durante 1874. Cuando este partido asume la monarquía borbónica y la Constitución de 1876 convergen en el diversas personalidades como Serrano o Martínez Campos dando lugar al Partido Fusionista en 1880, que posteriormente se denominará Partido Liberal y cuyo líder será Sagasta
Su ideología es menos reaccionaria que la de los conservadores. Son partidarios de los principios de la Constitución del 69, pero dentro de la monarquía y del orden social.
Su practica de gobierno (década de los 80), tímida al principio será cada vez menos restrictiva de los derechos establecidos en la Constitución: libertad de imprenta (excepto criticas a la monarquía); libertad de asociación(1887) que permitió la legalización de las organizaciones obreras prohibidas desde 1874; sufragio universal (1890) aunque manipulando los resultados.
Serrano intento formar un tercer partido sin éxito
Los dos partidos se van a alternar en el poder a través de unos procesos electorales totalmente amañados. Cuando un partido se sentía desgastado como consecuencia de su gestión o de un pacto previo, se sugería a la Corona la necesidad de un cambio de gobierno. El rey cesaba al gobierno y nombraba nuevo presidente al jefe del partido de la oposición al tiempo que disolvía las Cortes. Inmediatamente se convocaban elecciones para procurar una mayoría holgada al nuevo gobierno, aunque asegurando una representación importante a la oposición (encasillado). Decidido el numero de escaños para cada partido le tocaba el turno al Ministro de la Gobernación (Romero Robledo por los conservadores o Posada Herrera por los liberales) que jugando con los distritos electorales y a través de los gobernadores civiles y los alcaldes (nombrados por el gobierno) y los caciques comarcales organizaban la votación para que diera el resultado apetecido (caciquismo). Llegado el caso, si lo anterior fallaba se recurría al pucherazo.
Esta alternancia va a funcionar especialmente a partir de 1885, como consecuencia de la muerte de Alfonso XII, Cánovas y Sagasta firman el Pacto de El Pardo por el que se comprometen a apoyar a la regente y a turnarse en el poder. El sistema del tuno empezará a tener dificultades sobre todo a partir de la década de los noventa como consecuencia de la implantación del sufragio universal, la difusión de la prensa libre y la actuación de los partidos ajenos al turno.
2.4.- El conservadurismo social
El régimen de la Restauración fue muy conservador (defensa del orden social y de la propiedad).
La experiencia del sexenio, espacialmente del periodo republicano, llevó a todos los sectores acomodados (terratenientes y hacendados, burguesía industrial y comercial, profesionales liberales, Iglesia y Ejercito) a posturas conservadoras que se expresaron a través del partido conservador.
Esta visión política fue compartida por las clases medias, tanto urbanas como rurales, que identificaron los años del sexenio con crisis anarquía y ascenso del movimiento obrero y campesino. Por eso, aunque estos grupos no participaron en la vida política, el régimen de la Restauración gozo de un amplio respaldo en una nación cansada de los experimentos anteriores.
Por su parte los obreros y campesinos están desmovilizados durante la primera parte de la restauración como consecuencia del cansancio del periodo revolucionario, la decepción por los escasos objetivos conseguidos, la represión y la prohibición de las organizaciones obreras y campesinas.
3.- Las fuerzas fuera del sistema.
Al margen del sistema canovista se van a situar una serie de grupos políticos y de fuerzas sociales, marginales al principio, cuyo peso irá creciendo especialmente a partir de 1890 (sufragio universal).
3.1.- Movimiento obrero.
Con la Restauración las organizaciones obreras fueron declaradas ilegales.
En esta etapa el movimiento obrero está claramente escindido en dos corrientes: socialismo (marxistas) y anarquismo.
El anarquismo es la corriente mayoritaria, con fuerte implantación en el arco mediterráneo (obreros textiles), Andalucía y Extremadura (jornaleros).
A finales de los años 80 la actuación anarquista sigue dos orientaciones diferentes:
Activismo sindical (anarcosindicalismo): mayoritario.
Violencia: practicada por grupos minoritarios que crispa la situación política y social (pistolerismo patronal, ley de fugas, etc.) y convierte al anarquismo en el terror de la burguesía y las clases medias.
El marxismo va a arraigar en Madrid. En 1872 se creó la Asociación del Arte de Imprimir y de este núcleo de tipógrafos nacerá el PSOE en 1789. Su programa se divide en dos:
programa máximo: conquista del poder político por la clase obrera; abolición de las clases sociales, supresión de la propiedad privada y transformación en propiedad colectiva.
Programa mínimo: sufragio universal; derecho de reunión y asociación; libertad de prensa; abolición de la pena de muerte; etc. (programa similar al del P. Demócrata)
En 1889se funda la UGT estableciéndose la diferencia entre partido, con objetivos políticos, y sindicato, cuya función era la defensa inmediata de los trabajadores.
Desde 1890el PSOE empieza a presentar candidatos a las elecciones y comienza a tener fuerza en las ciudades (guerra de Cuba) encontraste con su escasa fuerza entre los campesinos.
3.2.- Republicanos.
Crisis. Dos rasgos caracterizan al republicanismo en este periodo:
Atomización: división del republicanismo en multitud de tendencias irreconciliables. Pequeños grupos que en general limitaban su actividad a la época electoral y obtenían algún escaño en las ciudades que les servía para sobrevivir.
Debilidad, derivada no solo de su atomización, sino de la perdida del apoyo de los obreros y de las burguesías periféricas que se van a orientar hacia los partidos regionalistas y nacionalistas.
A pesar de este panorama general obtuvieron algún éxito como su triunfo en Madrid en las elecciones municipales de 1892.
3.3.- El nacionalismo.
Aparece a finales del siglo XIX, aunque su consolidación y fortalecimiento se producirá en el XX, como reacción al centralismo de la Restauración y constituye uno de los hechos políticos más importantes del final del siglo.
Hasta esta época las reivindicaciones descentralizadoras o particularistas se había canalizado a través del carlismo (fueros) o del republicanismo federal. Debilitadas ambas corrientes van a surgir en la periferia peninsular (Cataluña, Valencia, País Vasco, Galicia, Andalucía, etc.) movimientos políticos que reivindican los derechos históricos. Este movimiento regionalista/nacionalista aparecerá antes y cobrará mayor fuerza en Cataluña y País Vasco como consecuencia de un doble fenómeno: La existencia de una lengua propia y de una burguesía fuerte que participa del sentimiento nacionalista.
4.- Evolución demográfica y económica.
4.1.- Demografía.
Durante el ultimo cuarto del XIX la población española crece lentamente (16,6 millones en el censo de 1877 y 18,6 en 1900). Este lento crecimiento (en contraste con los países europeos industriales) se debe al mantenimiento de altas tasas de mortalidad y a la persistencia de mortalidad catastrófica.
Se intensifican los desplazamientos de la población en una doble dirección:
Del campo a la ciudad, especialmente a las grandes ciudades (Barcelona, Madrid, Valencia, Bilbao) que crecen aceleradamente en el ultimo cuarto del siglo (Barcelona dobla su población).
Emigración a Latinoamérica, especialmente hacia Argentina, sobre todo en los ultimos años del XIX y principios del XX.
4.2.- Economía.
El periodo del 76 al 90 fueron años de prosperidad por motivos políticos y económicos.
A la buena marcha de la economía contribuyeron el proteccionismo, la estabilidad y el conservadurismo políticos que ofrecían garantías a los inversores, y la consecución de un cierto equilibrio presupuestario que facilitó que parte del dinero se canalizara desde la deuda pública hacia la inversión.
Fueron años de crecimiento de la producción agrícola y sobre todo de expansión industrial y financiera.
La siderurgia y la minería tuvieron un importante desarrollo, sobre todo en el País Vasco y en menor medida en Asturias y Santander. También creció la industria textil catalana, sobre todo el sector algodonero, y también lo hicieron la industria papelera y eléctrica.
Así mismo se produjo un importante crecimiento del sector financiero. En el País Vasco apareció una poderosa banca vinculada a la industria siderúrgica (bancos de Bilbao y Vizcaya).
Otro aspecto destacable fue la mejora de las infraestructuras: se duplicó el tendido ferroviario, se mejoró la red de carreteras y aparecieron el teléfono y el telégrafo.
Esta fase de crecimiento económico, que no estuvo exento de desequilibrios y de factores especulativos, cambia a partir de 1980 como consecuencia de la coyuntura internacional (proteccionismo, nacionalismo, carrera colonial).
4.3.- Evolución social.
La sociedad del ultimo cuarto del siglo XIX se va a caracterizar por dos rasgos:
Avance del proceso de urbanización, ligado al crecimiento industrial. Este crecimiento urbano trajo problemas graves, como la falta de viviendas y el hacinamiento en suburbios sin infraestructuras ni servicios. A pesar de este crecimiento España siguió siendo un país agrario.
Consolidación de la sociedad de clases e incremento de los contrastes sociales al acentuarse, más aún, las desigualdades que separaban a las clases altas de las medias y a estas de obreros y campesinos. En 1883 se creó la Comisión de Reformas Sociales para abordar la problemática obrera sin consecuencias por la oposición de los industriales a las reformas.
5.- El desastre del 98
En 1895 se vuelve a reproducir el levantamiento independentista en Cuba (grito de Baire), como consecuencia del incumplimiento por el gobierno español, por la presión de los hacendados cubanos, de las promesas de la Paz de Zanjon en 1878 (derechos políticos y abolición de la esclavitud).
En 1896 se reproduce la sublevación en Filipinas que será pronto dominada.
Esta vez las sublevaciones conducirán a la independencias en 1898. Tres razones:
La mayor fuerza del movimiento independentista, dirigido ahora por José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez.
Menor interés de los hacendados cubanos por seguir vinculados a España (Ley de Aranceles de 1891/guerra/remolacha).
Intervención de EE UU por motivos económicos (Ley de Aranceles) y políticos (expansionismo/doctrina Monroe).
Inicialmente el gobierno del P. Liberal intentó una política de mediación enviando a Cuba a Martínez Campos que fracasó en su intento negociador y fue sustituido por Weyler que recuperó todo el territorio, arrinconando a la guerrilla en las montañas.
Se inició así una guerra de desgaste, que ocasionó un alto numero de bajas entre las tropas españolas (enfermedades), caracterizada por la superioridad militar española ,contrarrestada por el mejor conocimiento del terreno por parte de los insurrectos y por el apoyo de EE UU. La guerra de Cuba originó una fuerte oposición entre las clases populares (antimilitarismo y auge del PSOE).
Tras la muerte de Cánovas (atentado anarquista en 1897) Sagasta intentó un nuevo proyecto para conseguir la paz, en base a dotar de autonomía a la isla. Es el momento en que EE UU declaró la guerra a España (abril de 1898) como consecuencia del hundimiento del Maine y del clima de opinión generado por Pulitzer y Hearts.
España acudió a la guerra sin apoyo internacional y minimizando (por desconocimiento) la potencia económica y militar de EE UU.
La guerra tuvo dos frentes Cuba y Filipinas.
En Filipinas los barcos estadounidenses destrozaron la flota española en Cavite (1 de mayo) y posteriormente tomaron Manila una vez firmado el armisticio.
En Cuba la flota española, al mando del almirante Cervera; va a ser sitiada y posteriormente destrozada en Santiago de Cuba (julio).
En julio los norteamericanos desembarcan en Puerto Rico, lo que obliga a los españoles a pedir la paz. El 12 de agosto se pide un armisticio y se firma un protocolo aceptando la renuncia a la soberanía. En diciembre de 1898 se firma el Tratado de París por el que España pierde Cuba, Puerto Rico Filipinas y la isla de Guam, a cambio de una indemnización económica. En 1899 (España se ha quedado sin barcos) vende a Alemania los últimos restos del imperio colonial (archipiélagos de Las Marianas, Las Carolinas y Las Palaos).
La perdida de las colonias tuvo una gran repercusión en España, no solo por las perdidas humanas y económicas. Supuso una autentica crisis política y militar.
El ejercito quedó desprestigiado entre la población y se produce el divorcio entre el ejercito y la sociedad y la aparición del militarismo. A partir del 98 el ejercito se “derechizó” y se fue separando de la clase política a la que hizo responsable del desastre; se apartó del parlamentarismo del sistema canovista, al que consideraba responsable de los males de la nación; y se distanció del pueblo en el que veía un amenaza para el orden social.
Lo mismo ocurrió con la clase política, produciéndose el relevo generacional de los viejos dirigentes del sistema de la Restauración.
También supuso una importante crisis de la conciencia nacional ante la debilidad representada por España, cuya expresión más significativa es el regeneracionismo.
6.- El regeneracionismo.
Como consecuencia de la derrota se instalo un ambiente generalizado de pesimismo y surgieron una serie de planteamientos críticos con el estado de la nación, con el sistema político y social, con la mentalidad conformista y derrotista del país.
Entre estas criticas y análisis destacan los regeneracionistas. Los regeneracionistas son un conjunto de pensadores que van a reflexionar sobre los males del país (España como problema). No son un grupo homogéneo, aunque hay una cierta coincidencia en los análisis y las críticas. En general plantean la necesidad de limpiar el sistema político, la modernización y el desarrollo de la economía, la reforma del sistema educativo y la necesidad de impulsar las obras públicas y las infraestructuras (Joaquín Costa: “despensa y escuela”). Algunos de los nuevos políticos que se pondrán al frente del sistema, como Maura o Canalejas, adoptaron las ideas regeneracionistas e intentaron aplicarlas, con poco éxito por la oposición de los poderosos.
Junto con el regeneracionismo se produjo, de forma más lenta pero de consecuencias más duraderas, un reactivación cultural (Edad de plata/generaciones del 98 y de 1900) que se irá articulando en torno al problema de España.