jueves, 4 de febrero de 2010

El Movimiento Obrero

EL MOVIMIENTO OBRERO
Introducción
Movimiento obrero: Proceso de organizativo y reivindicativo de los trabajadores para conseguir unas mejores de vida y de trabajo.
Paralelo al proceso de industrialización. 3 etapas:
Etapa inicial (1833-1868): caracterizada por la debilidad y la subordinación del m. obrero a los partidos políticos burgueses (progresistas, demócratas, republicanos) de los que actúa como fuerza de choque.
Etapa de formación (1868-1900): caracterizada por la debilidad y por la implantación y consolidación de las ideologías obreras (marxismo y anarquismo).
Etapa de madurez (1900-1936): el m. obrero adquiere fuerza social y política (partidos y sindicatos). Se convierte en una fuerza con la que hay que contar
1.- El problema obrero. Causas
Desarrollo a partir de 1830. Los trabajadores industriales son una minoría, en crecimiento, dentro del conjunto de la población activa durante el siglo XIX.
Hacinados en barrios periféricos de las ciudades, construidos sin ningún tipo de servicio, auténticos focos de enfermedades.
Jornadas de 10 a 14 horas, incluidos mujeres y niños, en condiciones de carencia absoluta de seguridad (frecuentes accidentes) e higiene en el trabajo.
Salarios bajos (más aún para mujeres y niños), apenas permitían la subsistencia. Sin ninguna cobertura en caso de paro que se produce frecuentemente como consecuencia de las crisis o de los avances de la mecanización.
El movimiento obrero nace en la década de los 30 y su desarrollo va a seguir los mismos caminos que a nivel internacional.
2.- El movimiento obrero.
2.1.- La etapa inicial (1833-68)
Entre 1833 y 1854 el m. obrero sigue 3 vías de desarrollo:
El luddismo que va a tener un escaso desarrollo en España (incendio de la fabrica Bonaplata en 1835).
El socialismo utópico: intento de crear falansterios o de introducir reformas basadas en las ideas de Blanquí, Saint-Simon, Proudhom, etc.
Sociedades de socorros mutuos, permitidas desde 1839 hasta 1844 (Sociedad de Protección Mutua de Tejedores de Algodón)
Políticamente el m. obrero se caracteriza estos años por la falta de autonomía: protestas, junto con los patronos contra la política librecambista de Espartero. A partir del bienio los caminos de obreros y patronos se separan. No obstante el m. obrero sigue vinculado políticamente al progresismo y a demócratas y republicanos (desde 1848).
Durante el bienio (54/56) el m. obrero tuvo un gran desarrollo: aparecen con claridad sus reivindicaciones (mejoras salariales, reducción de jornada, mejora de la seguridad e higiene en el trabajo, regulación de las condiciones de trabajo de mujeres y niños, derecho de asociación y de negociación colectiva, etc.); sus métodos de lucha (huelga general en Barcelona en 1855, contra las selfactinas y el asesinato del dirigente obrero José Barceló) y la necesidad de la acción política para alcanzar sus reivindicaciones (envío de representantes al Congreso respaldados por 33.000 firmas). La Ley del Trabajo, aprobada por las Cortes no satisfará las aspiraciones de los obreros. Los obreros pasan de apoyar a los progresistas a hacerlo con demócratas y republicanos.
Con Narváez las asociaciones obreras son prohibidas y el m. obrero se politiza progresivamente.
En la revolución del 68 participan de forma decisiva, aunque hay claras diferencias entre sus lideres y los políticos demócratas y republicanos más preocupados por las conquistas políticas que por los problemas de los trabajadores.
2.2.- Etapa de formación (1868-1900)
Separación definitiva del m. obrero respecto a demócratas y republicanos. Implantación en España de la Asociación Internacional de trabajadores (AIT).
En 1868 llega a España Fanelli, enviado por Bakunin para organizar la sección española de la AIT. En 1870 se celebra el 1º Congreso de la Internacional en representación de unos 30.000 afiliados (mayoría anarquista).
En 1871 llega a España Paul Lafargue (marxista). Contacto con obreros madrileños (Pablo Iglesias) y creación de la sección española del ala marxista de la AIT.
División del m. obrero en dos tendencias: anarquismo y socialismo marxista.
El anarquismo es la corriente mayoritaria, con fuerte implantación en el arco mediterráneo (obreros textiles), Andalucía y Extremadura (jornaleros).
A finales de los años 80 la actuación anarquista sigue dos orientaciones diferentes:
Activismo sindical (anarcosindicalismo): mayoritario.
Violencia: practicada por grupos minoritarios que crispa la situación política y social (pistolerismo patronal, ley de fugas, etc.) y convierte al anarquismo en el terror de la burguesía y las clases medias.
El marxismo va a arraigar en Madrid. En 1872 se creó la Asociación del Arte de Imprimir y de este núcleo de tipógrafos nacerá el PSOE en 1789. Su programa se divide en dos:
programa máximo: conquista del poder político por la clase obrera; abolición de las clases sociales, supresión de la propiedad privada y transformación en propiedad colectiva.
Programa mínimo: sufragio universal; derecho de reunión y asociación; libertad de prensa; abolición de la pena de muerte; etc. (programa similar al del P. Demócrata)
En 1888 se funda la UGT estableciéndose la diferencia entre partido, con objetivos políticos, y sindicato, cuya función era la defensa inmediata de los trabajadores.
Desde 1890el PSOE empieza a presentar candidatos a las elecciones y comienza a tener fuerza en las ciudades (guerra de Cuba) encontraste con su escasa fuerza entre los campesinos.
Al margen de anarquismo y socialismo, a finales de siglo aparece en España, al igual que en otros países un movimiento obrero de inspiración catolíca (Círculos Católicos), basado en la encíclica de León XIII “Rerum Novarum”, caracterizado por preconizar la colaboración de clases y por tratar de satisfacer las reivindicaciones de los obreros al margen de las organizaciones marxistas o anarquistas, dado el ateísmo militante de estas. Implantación en Galicia, Castilla y Navarra y escasa fuerza en las zonas industriales (Barcelona, Bilbao, Asturias) o de jornaleros agrícolas (Andalucía, Extremadura)
2.3.- Etapa de madurez (1900-1936)
En el siglo XX el m. obrero se convierte en una fuerza importante en la vida política española. Generalización de la huelga (y la huelga general) como instrumento de lucha y presión.
Causas: crecimiento del proletariado como consecuencia de los procesos de industrialización y urbanización; oposición a las guerras de Cuba y Marruecos.
Fortalecimiento de las organizaciones obreras. Se mantendrá la división en dos tendencias: marxistas (en 1921 una escisión del PSOE dará origen al PCE) y anarquistas (fundación de la Confederación Nacional del Trabajo en 1910)
Anexo: marxistas y anarquistas
Asociación Internacional de Trabajadores (1ª Internacional): 1864-72/76).
Dos tendencias: marxistas (Marx, Engels) y anarquistas (Bakunin). Polémica.
Objetivo común: creación de una sociedad sin clases sociales y sin explotación. Situación ideal en la que el hombre será libre y desarrollará todas sus potencialidades.
Diferencias grandes:
Clases sociales/individuos
Obreros industriales/campesinos
Participación en la política/Acción sindical
Dictadura del proletariado/Extinción del Estado
2ª Internacional (1889): marxista (expulsión de los anarquistas). A partir de 1919 tomará un rumbo progresivamente socialdemócrata
3ª Internacional (1919-1985): comunista